Martín Berasategui, el chef con más estrellas Michelin de España, fue el gran protagonista de un homenaje histórico que celebró su trayectoria y su legado en la alta cocina española. Durante dos jornadas, más de veinte cocineros de primer nivel se reunieron para rendir tributo a su influencia y talento, en un evento organizado conjuntamente por Puente Romano Marbella y el Grupo Dani García.
Un fin de semana para la historia

El tributo, celebrado los días 16 y 17 de noviembre, reunió en el resort marbellí a algunos de los nombres más destacados de la cocina española: Albert Adrià, Francis Paniego, Paco Morales, Paolo Casagrande, Ramón Freixa, Ricard Camarena, Toño Pérez, Diego Guerrero, Alberto Chicote, Jesús Sánchez, Ángel León, Samantha Vallejo-Nágera, Joan Roca, Josean Alija, Marcos Morán, Hermanos Torres, Erlantz Gorostiza, José Carlos García y Nandu Jubany, entre otros. Todos ellos cocinaron para honrar la trayectoria del chef donostiarra, en un encuentro que combinó emoción, talento y admiración.
El homenaje comenzó el domingo con una mesa redonda en NYX, donde los chefs Dani García, Martín Berasategui e Izu Ani, conversaron sobre sus trayectorias culinarias y sus próximos proyectos, en una sesión íntima moderada por Samantha Vallejo-Nágera que continuó con una cena privada en GAIA.
El lunes, la celebración se trasladó a La Plaza de Puente Romano, epicentro gastronómico del resort, donde se rindió un homenaje al maestro vasco en un evento marcado por la camaradería y la emoción compartida. El propio Berasategui recibió numerosas muestras de cariño y reconocimiento por su papel inspirador en la gastronomía española durante más de cinco décadas, entre ellas, emotivos discursos de Dani García y el Chef Ejecutivo del hotel, Juan González.
La celebración culminó con una cena homenaje en Leña Marbella, el restaurante insignia de Dani García, donde los cocineros invitados elaboraron de forma conjunta un menú de 16 pases que sintetizó la diversidad, la técnica y la creatividad de la cocina española actual.
Un menú con garrote para el Maestro Berasategui
El menú rendía homenaje a la historia y la influencia de Berasategui a través de una secuencia de 16 pases concebidos a varias manos, que reunieron técnica, emoción y un profundo respeto por el oficio. La velada comenzó con la Milhoja caramelizada de anguila ahumada, cebolleta, foie gras y manzana verde firmada por Erlantz Gorostiza y Paolo Casagrande, seguida de la Milhoja de foie, queso de cabra y manzana verde caramelizada de Dani García.
A continuación, Dani García y José Carlos García reinterpretaron el sur con su Ensalada tibia de tuétanos vegetales y mariscos de Andalucía, mientras que Joan Roca aportó una pieza de sensibilidad vegetal con su Romescu de nueces con flores encurtidas.

La parte más vasca y golosa de la cena llegó con la Tortilla de piquillo y anchoa creada por Diego Guerrero y Josean Alija, para después dar paso a Marcos Morán y Quique Dacosta con sus Lágrimas de guisantes con percebes en gelé y toffee de mantequilla salada de guisantes. Francis Paniego presentó una Penca de acelga con emulsión de ibérico, mientras que Alberto Chicote sorprendió con su Tarta de cebollas con chantilly soubise.
Espadreña, , canelón y mignardises
La secuencia marina cobró protagonismo con el Calamar curado, consomé de ave y caviar de los Hermanos Torres, seguido de la Secuencia de calamar de Erlantz Gorostiza y Paolo Casagrande, y la interpretación conjunta de Ramón Freixa y Toño Pérez con La espardeña vista como un chipirón pelayo.
En clave más clásica, Nandu Jubany presentó un Canelón de pollo de corral con crema de foie y trufa negra, antes de que Jesús Sánchez aportara su Royal de liebre, un guiño a la caza más refinada. Posteriormente, el Pato andalusí ahumado-asado con terrina de patata y bacon marino, firmado por Paco Morales y Ángel León, unió tradición, territorio y técnica en un mismo plato.
El cierre dulce estuvo a la altura del resto de la cena gracias al Air waffle de avellana con praliné à l’ancienne y helado de flan de huevo de Albert Adrià y el postre Chocolate, café y whisky de Ricard Camarena.
Las mignardises finales creadas por Samantha Vallejo-Nágera fueron Micro tarta Rogelio, Chocolate y praliné de avellanas, Crujiente de Samantha y Micro Mont Blanc, pusieron el punto final a una cena que fue, más que un menú, una declaración colectiva de afecto y respeto hacia un cocinero irrepetible.
“No existe el ‘yo’ en mi vocabulario. Toda mi vida, todo lo que he conseguido y todo lo que representa nuestra cocina, nace del ‘nosotros’. Soy uno más dentro de este equipo inmenso de familias, amigos y profesionales que me han hecho grande. La revolución de la cocina española está en la unidad, y ese es el único camino: caminar juntos”, reflexionaba Martín durante esta noche tan especial. “La mejor de mi vida vestido de chef”, aseguraba.
Un legado que trasciende generaciones
El homenaje a Martín Berasategui fue mucho más que una celebración profesional: fue una declaración colectiva de gratitud hacia un referente que ha sabido enseñar, inspirar y abrir camino a las nuevas generaciones de la cocina española durante más de 50 años. Su manera de entender el oficio basada en la humildad, el esfuerzo y la generosidad se reflejó en cada palabra, en cada gesto y en cada plato.
“Lo que ha hecho Martín por todos nosotros y por la gastronomía española no se puede medir en estrellas ni en premios. Su legado va mucho más allá de la técnica o la creatividad: nos ha enseñado a trabajar con pasión, humildad y generosidad. Cada plato suyo es una lección, cada gesto una inspiración. Hoy celebramos no solo a un chef extraordinario, sino a un maestro que ha marcado a toda una generación y que seguirá guiando a quienes amamos este oficio”, subrayó Dani García durante la velada.
Esta cita se convirtió en un símbolo de unión, respeto y admiración dentro de la gastronomía española, gracias a la colaboración del Grupo Dani García y el marco incomparable de Puente Romano Marbella.Pero, sobre todo, fue un tributo a la emoción y al legado de un cocinero irrepetible: Martín Berasategui.












