En el universo culinario, pocos elementos son tan evocadores y complejos como el humo. Más allá de su aroma inconfundible, el ahumado es una técnica ancestral que ha evolucionado hasta convertirse en un recurso creativo de la alta gastronomía. En Smoked Room, el exclusivo restaurante con dos estrellas Michelin de Dani García, la técnica del ahumado no es solo un método: es el hilo conductor de toda la carta, el corazón indiscutible del restaurante.

¿En qué consiste la técnica del ahumado?

Ahumar en gastronomía significa exponer un alimento al humo generado por la combustión controlada de maderas o hierbas aromáticas. El humo penetra en el producto, aportándole sabor, aroma y, en algunos casos, propiedades conservantes.

Esta técnica, utilizada desde hace siglos para conservar alimentos, ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta esencial de expresión culinaria. En la alta cocina, el ahumado se aplica con precisión para potenciar sabores, crear contrastes y generar experiencias sensoriales únicas.

Tipos de ahumado: en frío y en caliente

Ahumado en caliente

El ahumado en caliente expone el alimento a temperaturas que oscilan entre los 50 °C y 90 °C. Es ideal para carnes, pescados y vegetales. La cocción y el ahumado suceden al mismo tiempo, generando un producto jugoso y profundamente aromático.

Ahumado en frío

El ahumado en frío, por su parte, se realiza a temperaturas más bajas (entre 20 °C y 30 °C). No cocina el alimento, sino que lo aromatiza delicadamente, siendo ideal para quesos, embutidos, aceites o incluso postres.

Ambas técnicas se utilizan en Smoked Room de forma artesanal, con maderas seleccionadas según el perfil aromático deseado en cada pase del menú.

¿Qué es ahumar en gastronomía?

La técnica del ahumado en gastronomía es una forma de cocinar o aromatizar los alimentos utilizando el humo como elemento protagonista. Esta técnica permite desarrollar capas de sabor complejas, elegantes e intensas, y al mismo tiempo transforma visual y sensorialmente los platos.

En restaurantes como Smoked Room, ahumar no significa ocultar el producto, sino resaltarlo. El humo actúa como un hilo invisible que conecta cada elaboración, aportando coherencia conceptual y emocional al menú.

La comida ahumada en Smoked Room: una firma inconfundible

En Smoked Room, todos los platos de la carta incorporan un toque de humo, ya sea a través de brasas, infusiones, ahumadores, campanas de vidrio o elementos líquidos como aceites y caldos aromatizados.

Esta comida ahumada no busca impresionar visualmente, sino emocionar desde la elegancia, la sutileza y la identidad. Cada matiz está calibrado para que el humo nunca opaque, sino que eleve el sabor y la experiencia.

Una experiencia sensorial completa

Desde la entrada al restaurante hasta el último bocado, el humo acompaña al comensal en cada fase de la experiencia. Está presente en la iluminación, los aromas del ambiente, la vajilla, el ritmo del menú y la narrativa gastronómica.

El sello ahumado de Smoked Room es una declaración de intenciones: reinterpretar el fuego y el humo como elementos esenciales de una nueva alta cocina contemporánea.

Reserva tu experiencia en Smoked Room

Si deseas descubrir cómo el humo puede transformar una comida en una vivencia única, reserva tu plaza en Smoked Room Madrid y sumérgete en una propuesta culinaria galardonada con dos estrellas Michelin, donde el fuego es arte y el humo, poesía.

Hay sitios que te salvan la vida. Cuando no sabes dónde ir, cuando quieres impresionar, celebrar o simplemente olvidarte del mundo por un rato. Sitios que tienen algo —no sabes bien qué— que hacen que todo encaje. Y BiBo es eso. El plan que siempre funciona.

Porque da igual si es martes o sábado, si vienes con amigas, con tu cita o con tu familia. BiBo tiene ese don de adaptarse a ti. Y de hacerte sentir que estás justo donde deberías estar: comiendo rico, bebiendo bien y disfrutando como si fuera viernes, aunque sea lunes.

El mood perfecto, sin importar el motivo

¿Afterwork? BiBo. ¿Cumpleaños sin velas pero con brindis? BiBo. ¿Cena de dos con intenciones? También. Hay algo en su energía —esa mezcla entre viajera y andaluza— que lo convierte en refugio, escenario y pista de despegue, todo a la vez.

Te recibe con una sonrisa, una copa fría y ese ambiente que te cambia el ánimo sin que te des cuenta. Y luego llegan los platos. Uno tras otro, como postales de distintos lugares del mundo: gyozas, brioche de rabo de toro, ceviches, croquetas, steak tartar, tacos… BiBo no entiende de fronteras, pero sí de antojos.

Platos que crean momentos (y ganas de volver)

Aquí no se viene a comer rápido. Se viene a probar, a compartir, a decir “wow” sin pretensiones. Porque BiBo es divertido, pero con fundamento. Y sí, ese brioche de rabo de toro con salsa Bull es tan bueno como dicen. O mejor. Uno de esos bocados que marcan un antes y un después. Que hacen que pienses: “vale, ya entiendo por qué la gente repite”.

Y es que BiBo no es solo un restaurante, es una sensación. Esa mezcla entre sofisticación y ligereza que te permite venir arreglado o en vaqueros, reírte fuerte, pedir otro cóctel, pedir otro plato… y quedarte. Porque cuando algo funciona, no hay necesidad de cambiarlo.

Sin complicaciones, con mucha chispa

En un mundo lleno de planes que se caen, reservas que se pierden y sitios que decepcionan, BiBo es una apuesta segura. Por su ambiente, por su cocina, por esa forma tan suya de hacerte sentir especial sin que parezca que lo intenta.

Y por eso, no importa cuántas veces hayas venido: BiBo siempre tiene algo nuevo que ofrecerte. Una sugerencia que no esperabas, una recomendación que aciertas sin pensar, un detalle que te hace sonreír. Eso es lo que pasa cuando un lugar está hecho con alma. Y con hambre de sorprender.Así que ya sabes: si no sabes dónde ir, ven. Si no sabes qué pedir, déjate llevar. Porque hay mil planes posibles… pero BiBo es el plan que siempre funciona.

Hay semanas que empiezan con prisa, pero en Tragabuches Marbella siempre hay un motivo para hacer una pausa. Y ese motivo se llama Andalucía en la mesa de Tragabuches.
Un menú que convierte los almuerzos entre semana en pequeños homenajes al sabor de casa, a los recuerdos de siempre y a esa forma tan nuestra de disfrutar comiendo.

Sabores que saben a recuerdo

Basta un primer bocado para entender por qué Andalucía en la mesa de Tragabuches se ha convertido en un ritual para quienes buscan algo más que un menú del día.
Cada plato rescata un pedacito de nuestra tierra: tomates de temporada que saben a huerto, lentejas guisadas con foie que reconcilian cuerpo y alma, o una ensaladilla rusa con jamón 5J que convierte lo cotidiano en placer.

Y sí, aquí también hay lugar para los antojos del mar. El aguacate soasado con langostinos y el calamar frito con alioli de adobo son ese guiño fresco que nos recuerda que el sur también se disfruta con sal en la piel.

El sur en cada plato

Después, llega el momento de elegir el principal, y ahí la historia continúa.
La lubina a la brasa huele a costa malagueña. La presa ibérica con pimientos asados revive esos almuerzos familiares en los que el tiempo se detiene. Y si la elección es la cazuela de fideos con marisco, no hay duda: el corazón late en modo domingo, aunque sea martes.

Para los más carnívoros, las albóndigas de vaca vieja y choco o la picaña madurada con salsa pimienta son puro carácter. Platos con alma, hechos como se hacía antes, con ese toque de fuego y paciencia que define la cocina de Dani García.

Un homenaje al sabor de siempre

Por 34 € por persona, el menú incluye un entrante y un principal, y la posibilidad de añadir un postre por solo 5 € más.
Torrija con helado de vainilla, tarta de queso, flan de huevo o la irresistible tarta de chocolate. Dulces que cierran la comida con ese punto de nostalgia que nos hace sonreír sin querer.

Porque en Tragabuches no se trata solo de comer, sino de volver a sentir. De encontrar en cada plato el sabor de una Andalucía viva, auténtica y luminosa.
De convertir un almuerzo cualquiera en una historia que merece ser contada.

De lunes a viernes, el mejor plan

Disponible de lunes a viernes en horario de almuerzo, de 13:00 a 16:00Andalucía en la mesa de Tragabuches es ese plan que te recuerda que el sur no entiende de rutinas.
Una invitación a desconectar, a compartir, a saborear el momento.
Porque hay días que se viven deprisa… y otros que simplemente se disfrutan.

Omakase es mucho más que una forma de comer. Es una experiencia gastronómica que implica confianza, creatividad y una conexión directa entre el comensal y el chef. Este concepto japonés, profundamente arraigado en la tradición culinaria nipona, ha encontrado una reinterpretación audaz y elegante en el restaurante Smoked Room del chef Dani García, galardonado con dos estrellas Michelin.

¿Qué significa omakase?

En japonés, omakase (お任せ) significa literalmente “te lo dejo a ti”. En el contexto culinario, se traduce en dejar la elección del menú en manos del chef. No se elige de una carta: el cliente confía plenamente en la selección del cocinero, quien crea un recorrido gastronómico personalizado basado en productos frescos, de temporada y en su propia inspiración del día.

Este tipo de menú exige al comensal una actitud abierta y receptiva. El respeto por el saber del chef es clave. No se hacen peticiones, no se cambia el orden, no se rechazan platos: se confía, se disfruta y se experimenta.

¿Qué es un menú omakase?

Un menú omakase es una experiencia culinaria única que consiste en una sucesión de elaboraciones servidas en distintos tiempos, con un número de pases que puede variar entre 10 y 20, dependiendo del chef y del tipo de establecimiento. Aunque históricamente está vinculado a la cocina japonesa, y más específicamente al sushi, este tipo de menú ha evolucionado y se ha adaptado a diversas tradiciones gastronómicas, ampliando su oferta y permitiendo una mayor libertad creativa en la cocina.

El concepto de omakase implica que el chef asuma la dirección total del menú, seleccionando los ingredientes y las combinaciones que considera más adecuadas en función de la temporada, la calidad de los productos y su visión personal. Así, el comensal no solo disfruta de un banquete, sino que también se convierte en espectador de un proceso artístico. Esta experiencia inmersiva permite que los clientes no solo coman, sino que se dejen llevar por la propuesta del chef, observando la ejecución de cada plato en directo, comprendiendo los matices de cada ingrediente y conectando con la cultura gastronómica en un nivel mucho más profundo.

Smoked Room: una interpretación contemporánea del omakase

En Smoked Room – Fire Omakase, Dani García toma el concepto clásico de omakase y lo reinterpreta desde una visión personal, ligada al fuego, al humo y a los matices mediterráneos.

Doble estrella Michelin en tiempo récord

Ubicado en Madrid, Smoked Room fue galardonado con dos estrellas Michelin tan solo seis meses después de su apertura. Este hito lo convirtió en uno de los restaurantes más destacados de la Guía Michelin 2022 en España. Posteriormente, su versión internacional en Dubái recibió también su primera estrella.

¿Qué puedes esperar de esta experiencia?

El comensal se sienta en una mesa semicircular frente al equipo de cocina. Cada pase es ejecutado y emplatado al momento, con el fuego como elemento central. El humo no solo está presente en la cocción, sino también en la puesta en escena, el aroma y el carácter de cada plato.

Entre las propuestas habituales del menú omakase de Smoked Room destacan:

  • Gamba roja de Motril con mantequilla noisette y pimienta negra ahumada
  • Hamachi madurado con yuzu y alga
  • Nitro-tomate con esturión y caviar
  • Bacalao Aburi con emulsión de ajo negro
  • Wagyu A5 con toques de brasas

Cada pase forma parte de una narrativa culinaria cuidadosamente estructurada. El humo no es un recurso visual: es el hilo conductor del menú.

Una nueva forma de entender el lujo gastronómico

El concepto Fire Omakase de Dani García representa una evolución del fine dining: intimidad, técnica, sorpresa y producto elevado al máximo nivel. No hay carta, no hay menú impreso, solo el instinto del chef y la disposición del comensal a vivir una experiencia irrepetible.

Smoked Room es la respuesta a una pregunta que muchos no sabían que tenían:
¿Cómo sería un omakase si naciera en el Mediterráneo, frente a unas brasas vivas, con un chef que ha hecho del humo un lenguaje culinario?

Reserva tu plaza en Smoked Room

Dada su exclusividad, el restaurante solo ofrece servicio para un número limitado de comensales por pase. Las reservas deben hacerse con antelación.

El pasado 3 de octubre, Tragabuches Marbella sopló sus tres primeras velas rodeado de amigos, sabores y emociones. La ocasión merecía una celebración especial, y así fue: una velada inolvidable que combinó música en directo, un menú exclusivo diseñado por Dani García y dos propuestas de maridaje pensadas para elevar cada bocado.

Tres años de cocina andaluza en clave contemporánea

Desde que abrió sus puertas en 2022, Tragabuches Marbella se ha consolidado como uno de los proyectos más auténticos del Grupo Dani García. Un restaurante que mira al sur y a su despensa con respeto y creatividad, y que en estos tres años ha sabido convertirse en un lugar de encuentro para quienes buscan disfrutar de la cocina andaluza con una visión contemporánea.

Su filosofía kilómetro cero, su bodega de referencia y una oferta que abarca desde desayunos hasta cenas de autor lo han convertido en un espacio vivo, cercano y versátil que late al ritmo del sur.

Un menú homenaje a la tierra

La noche comenzó a las 20:00h con un welcome cocktail en el que no faltaron el vermut de bienvenida y unas gildas artesanas que marcaron el tono del encuentro.

A continuación, los asistentes pudieron disfrutar de un menú de 9 pases (120 € por persona) que recorrió algunos de los sabores más reconocibles de la cocina de Dani García, reinterpretados desde el espíritu más puro de Tragabuches: un homenaje a la tierra y a los productos que definen su identidad.

Maridajes pensados para realzar cada sabor

Para acompañar la experiencia, se ofrecieron dos propuestas de maridaje (30 € y 45 €), diseñadas para resaltar la diversidad de sabores del menú y reforzar la armonía entre cada plato.

Música, calidez y alma andaluza

La velada contó también con música en directo, que puso la banda sonora perfecta a una noche que respiraba calidez, alegría y ese ambiente festivo tan característico del restaurante.

Brindis por el futuro

Con esta celebración, Tragabuches Marbella no solo conmemoró su tercer aniversario, sino que también reafirmó aquello que siempre lo ha definido: raíces andaluzas, respeto por el producto y una visión abierta al futuro.

Una noche para brindar por todo lo vivido hasta ahora… y por todo lo que aún está por venir.


Hay sabores que marcan un recuerdo, y hay lugares donde esos recuerdos se repiten con cada visita. Así es el nuevo menú en BiBo Madrid. Con la llegada del otoño, el restaurante más cosmopolita de Dani García vuelve a sorprendernos con una propuesta renovada. BiBo Madrid renueva su carta sin perder su esencia, y lo hace volviendo a sus orígenes: cocina con alma andaluza, visión global y un espíritu viajero que invita a disfrutar sin etiquetas.

Un viaje al origen con mirada actual

Desde su apertura, BiBo ha sido un punto de encuentro entre tradición e innovación. Este otoño, el restaurante reafirma esa filosofía con una carta que evoluciona sin romper con lo que lo hace especial. BiBo Madrid renueva su carta sin perder su esencia, manteniendo los platos icónicos que han conquistado a sus comensales y sumando nuevas creaciones que refrescan la experiencia.

La propuesta llega con un objetivo claro: reconectar con el espíritu original del restaurante. Platos sabrosos, pensados para compartir, con técnica precisa y una cocina que viaja del sur al mundo sin moverse de Madrid.

Platos que conquistan desde el primer bocado

Entre las novedades, hay propuestas que resumen a la perfección esa fusión entre raíces andaluzas y mirada internacional. El aguachile de quisquillas con zanahoria y mango verde abre el camino de los entrantes fríos con frescura y matices vibrantes. Junto a él, el sashimi de lomo de atún aporta elegancia y técnica en cada lámina.

Los entrantes calientes llegan con el mismo espíritu viajero. Las alitas de pollo crujientes con puré de ajo confitado y jugo de ave son pura comodidad en forma de bocado. La seta maitake frita con alioli de limón y miso rojo sorprende por su equilibrio entre lo crujiente y lo cremoso, mientras que el wonton de cerdo y verduras con salsa de chile y jengibre rinde homenaje a la cocina asiática desde el inconfundible sello BiBo.

Aventura principal: tradición, técnica y sabor

El viaje continúa con los principales, donde la técnica se une al placer más inmediato. El magret de pato asado con col braseada y jugo especiado es un guiño al recetario clásico con el sello contemporáneo de Dani García. El T-Bone de atún a la parrilla con lechuga larga, AOVE y limón demuestra que el mar también tiene su espacio en la parrilla. Y la pasta con mantequilla y caviar se convierte en la muestra definitiva de que la sofisticación puede ser sencilla si está bien ejecutada.

La carta mantiene también los grandes éxitos de siempre en su sección “BiBo Hits”. El brioche de rabo de toro, la ensaladilla rusa con seis huevos de codorniz o el tartar de atún toro con soja, sésamo, yuzu y yema curada siguen ocupando su lugar en el corazón de quienes visitan BiBo.

Un espacio para vivir y compartir

Más allá de la cocina, BiBo Madrid es una experiencia completa. Su interiorismo icónico, coronado por el famoso globo aerostático, y su ambiente cosmopolita crean un espacio que se adapta a cada momento. Ya sea para un almuerzo entre amigos, una cena especial o una velada improvisada, cada visita se convierte en un pequeño viaje gastronómico sin salir de la ciudad.

BiBo Madrid renueva su carta sin perder su esencia y con ello reafirma su lugar como una de las brasseries más representativas del Grupo Dani García. Una cocina sin fronteras, con alma andaluza y carácter internacional, que sigue escribiendo su historia con cada plato.

Un final que deja ganas de volver

En un mundo que cambia constantemente, hay lugares que evolucionan sin olvidar quiénes son. BiBo Madrid es uno de ellos. Con esta nueva carta, el restaurante vuelve a recordarnos que la gastronomía es, ante todo, un viaje que se comparte.

Y así, plato a plato, bocado a bocado, BiBo Madrid renueva su carta sin perder su esencia, invitándonos a regresar una y otra vez a ese rincón donde el sur y el mundo se encuentran en la misma mesa.

Despedida con sabor a verano

El sol se despide lentamente sobre Valdevaqueros y te das cuenta de que otro verano en BiBo Tarifa llega a su fin. Entre risas, copas y los últimos hits de Dani García que suenan de fondo, todos nos quedamos con la sensación de que algo mágico se esconde entre arena, olas y buena comida. Porque en BiBo Tarifa cada momento se siente especial: desde la primera caña hasta la última puesta de sol, todo tiene ese toque que hace que el verano parezca eterno… aunque solo sea en recuerdos. Nos vemos en 2026 en BiBo Tarifa.

El planazo que deja huella

Y es que, en BiBo Tarifa, despedirse no significa simplemente cerrar puertas, sino inmortalizar experiencias. Imagínate sentado a los pies de Valdevaqueros, mientras la música del DJ se mezcla con el sonido del mar. Entre amigos o en pareja, siempre hay algo que celebrar: un brioche de rabo de toro que se deshace en la boca, el icónico brioche cojonudo que te hace sonreír con cada bocado, un gazpacho de cerezas fresco que revive los sentidos y las croquetas, pequeñas bombas de felicidad que desaparecen antes de que puedas pedir más.

Cada plato es un hit, cada risa un recuerdo. La esencia de BiBo Tarifa está en esos detalles que convierten una tarde cualquiera en un planazo digno de recordar. La terraza, la música en vivo y el ambiente playero se combinan para crear un verano que se queda contigo incluso después de cerrar temporada.

Hasta pronto, verano

Y aunque hoy decimos adiós, no es un adiós definitivo. Nos vemos en 2026 en BiBo Tarifa, cuando la temporada vuelva a abrir sus puertas en abril y las playas de Valdevaqueros se llenen de nuevo de planes, sabores y risas interminables. Hasta entonces, nos quedamos con los recuerdos de puestas de sol que parecen pintadas a mano, de platos que todavía provocan antojos y de la promesa de que el próximo verano será aún más sabroso.

Así que guarda en la memoria ese brioche de rabo de toro, esa caña al atardecer y esa sensación de planazo perfecto. Porque cuando llegue abril de 2026, BiBo Tarifa estará lista para recibirnos de nuevo y recordarnos por qué cada verano aquí se siente como un lujo que no querrás perderte.

Cuando septiembre se despide y Barcelona se viste de fiesta, hay un plan que no puedes dejar pasar: Leña y La Dramerie endulzan La Mercè con una colaboración que convierte cada bocado en una celebración. Imagina pasear por la ciudad, el aroma de la fiesta en el aire, y de repente darte cuenta de que hay un rincón donde los postres son protagonistas absolutos. Ese rincón es Leña Barcelona, y esta vez, junto a La Dramerie, han creado cuatro pequeñas joyas dulces que prometen hacer que tu visita a La Mercè sea inolvidable.

Una experiencia de sabores únicos

Desde el primer momento que entras en Leña, se percibe la energía del sur y la pasión por la buena mesa. Pero en esta ocasión, el escenario se vuelve todavía más especial. Sofía y Víctor, rostros conocidos de MasterChef, han puesto su sello en cada postre, llevando la creatividad y el cariño por la repostería a otro nivel.

Entre las estrellas de esta colaboración está el brazo de gitano de tarta al whisky, una delicia que combina textura y sabor de forma adictiva. No muy lejos, el buñuelo de anís Machaquito relleno de crema catalana ofrece esa mezcla perfecta entre tradición y sorpresa que hace que quieras repetir una y otra vez. Para los amantes de los clásicos reinventados, el polvorón ibérico de bellota es un pequeño lujo crujiente que habla de sabor y memoria. Y por último, el guirlache de piñones, un toque caramelizado que remata la experiencia con un estallido de dulzura.

Cada bocado se convierte en una historia que se comparte, se saborea y se recuerda. Es el tipo de plan que hace que quieras contar a todos que estuviste allí, disfrutando de la combinación perfecta entre fiesta, sabores nuevos y un lugar que respira pasión gastronómica.

Un planazo para disfrutar La Mercè

La Mercè es sinónimo de alegría, de calles llenas de música y de momentos que se sienten especiales. ¿Y qué mejor que acompañar esos instantes con una escapada dulce en Leña Barcelona? Leña y La Dramerie endulzan La Mercè no solo con postres, sino con una experiencia completa: la emoción de probar sabores nuevos, la sensación de estar en un lugar donde cada detalle cuenta y la diversión de descubrir que la gastronomía también puede ser un plan.

Y como toda buena historia de fiestas y sabores, hay que ser rápido: estos postres estarán disponibles por tiempo limitado, solo en Leña Barcelona, así que cada visita se convierte en un pequeño tesoro. Es el plan perfecto para disfrutar con amigos, con pareja o incluso en solitario, dejándote llevar por la dulzura y la creatividad que esta colaboración propone.

Un cierre dulce para La Mercè

Al final del día, cuando las luces de la ciudad comienzan a brillar y los ecos de los conciertos se mezclan con risas y charlas, pensarás en ese instante en Leña Barcelona: un lugar donde la celebración se transforma en sabor, donde la creatividad de La Dramerie y el talento de Sofía y Víctor convierten un postre en una experiencia que vale la pena vivir.

No se trata solo de comer, sino de sentir la dulzura de La Mercè en cada bocado, de dejarse llevar por la pasión y la diversión que solo un plan bien pensado puede ofrecer. Y mientras saboreas el último trozo de brazo de gitano o crujiente guirlache de piñones, te darás cuenta de que, a veces, los momentos más dulces son los que se comparten y se disfrutan hasta el final.

Leña y La Dramerie endulzan La Mercè: una excusa perfecta para saborear, sonreír y volver a repetir.

En la esquina de la Avenida del Port, donde antes latían los antiguos Cines Aragón, hoy se abre un universo que no entiende de etiquetas ni de normas fijas. Se llama Alegal, y aunque se presenta como restaurante, lo cierto es que es mucho más: un espacio donde la cocina, el diseño, la música y la narrativa se entrelazan como piezas de una misma partitura.

Gastronomía con alma mediterránea

La carta de Alegal respira dinamismo. Su propuesta se mueve al ritmo de las estaciones, con platos que cambian cada cuatro meses y un compromiso firme con los productores locales. La brasa es el corazón que marca el compás, y a su alrededor desfilan recetas que viajan entre lo sofisticado y lo popular: desde un steak tartar con foie o la icónica cereza de foie con parmesano y Oporto, hasta un brioche “cojonudo” o la Burger Bull que ya hizo historia en la alta cocina.

No faltan, claro, los arroces que honran la tradición valenciana —de chuleta madurada, de coquelet, de pescado y carabineros— ni postres que rozan lo teatral, como el emblemático Tipsy Cake. Todo ello acompañado por más de cien referencias de vino y una carta de cócteles que no solo marida, sino que acompaña cada momento del día como un hilo conductor invisible.

Un escenario que habla

Alegal no se entiende sin su espacio. Los antiguos Cines Aragón se han transformado en un escenario que, más que un restaurante, funciona como un gran teatro. Mármol, madera, latón y tejidos nobles envuelven al visitante en un ambiente inspirado en el Art Decó, en la elegancia de los años 20 y en el cine de culto: ecos de El Gran GatsbyScarface o Al Capone sobrevuelan cada rincón.

El interiorismo, firmado por el estudio Pablo Peyra, no busca imponerse, sino sugerir. Cada sala, cada contraste de luz, cada cambio de ambiente está pensado para que la experiencia evolucione con el paso de las horas, del día a la noche. Lo que sucede dentro, lo saben solo quienes cruzan sus puertas.

Mucho más que comer

Porque en Alegal la mesa no es un punto final, sino un punto de partida. Las sobremesas se alargan, las conversaciones se cruzan con la música, y los fines de semana el ambiente se transforma en una experiencia de ocio que va más allá de lo gastronómico. Un lugar que habla el idioma de Valencia, pero con vocación internacional.

Quizá por eso su lema no deja lugar a dudas: Not another f***** restaurant*. Y es cierto. Alegal no grita, susurra. No vende platos, construye un universo. Uno al que se entra con el apetito, y del que se sale con la sensación de haber vivido algo inesperado.

Se acabaron los atardeceres eternos, las siestas sin culpa y los brindis que empezaban a mediodía. En Septiembre volvemos a la rutina pero con sabor a mar, sí… y que nadie diga que eso es sinónimo de aburrimiento. En Lobito de Mar Madrid, la vuelta es mucho más llevadera: sabe a mar, huele a brasa y se acompaña con buena compañía.

Porque si hay algo mejor que unas vacaciones, es la sensación de seguir saboreándolas sin tener que pedir días libres.

El Mediterráneo sigue en tu mesa

No hace falta huir de Madrid para sentir que el verano no se ha ido del todo. Basta con dejarse caer por Lobito y dejar que la carta haga lo suyo. Esa ensaladilla rusa de anguila ahumada, cremosa y delicada, que despierta los sentidos como el primer café de la mañana. O las chirlas salteadas con manzanilla, que huelen a sur y a casa.

Aquí, la rutina se rompe con cada arroz. El de marisco y pescado es una de esas recetas que te obligan a hacer una pausa. A bajar el ritmo. A cerrar el portátil antes de tiempo. Porque hay cosas que solo se disfrutan si te tomas tu tiempo, como ese fondo que sabe a fuego lento y a mar en calma.

Comer bien es el mejor plan de vuelta

El regreso a la oficina, al tráfico y a los días más cortos puede pesar. Pero en Lobito de Mar, la solución está clara: platos con alma marina, un ambiente que invita a quedarse y un equipo que cocina como quien quiere hacerte el día más fácil.

Y sí, el carpaccio de chuletón de atún con huevos al ajillo sigue estando ahí. Listo para reconectar con ese placer sencillo de comer algo que te hace feliz. Como un ancla que te recuerda que, aunque vuelvas al ritmo de siempre, aún puedes regalarte momentos que sepan a escapada.

Septiembre también puede ser tu mejor mes

Porque no todo tiene que volver al orden. También puedes improvisar. Reservar un martes como si fuera sábado. Comer entre semana como si estuvieras aún en la costa. Dejar que el mar entre en tu plato y te devuelva las ganas.En Lobito de Mar Madrid, septiembre no es el fin del verano. Es una nueva oportunidad para empezar con sabor. Para volver, pero volver bien. Con mar en el plato, vino en la copa y la promesa de que la rutina puede esperar… al menos hasta que se acabe el postre.