Cuando el calor aprieta, no hay nada como unas buenas recetas veraniegas de Grupo Dani Garcia. Y si algo tienen en común Leña, Lobito de Mar, Tragabuches y BiBo, es que saben adaptarse al verano. Platos ligeros, frescos y sabrosos.

Verde que te quiero fresco

En BiBo Madrid, hay una ensalada de sandía, atún y kale frito que te refresca, crujiente, aliñada y con toque de ponzu. Perfecta para empezar. Si estás en BiBo Tarifa, el tartar de atún bipolar con soja blanca. Y ya que estás, no te pierdas al ceviche, cítrico, suave y más refrescante que un ventilador apuntando a la cara.

En Leña, incluso en verano, se come con ganas. El aguacate de Málaga a la brasa, pesto de cilantro joven y salpicón vegetal con queso feta. También una bonita ensalada de tomates con jugo de aceituna verde y hierbabuena ¿Y de postre? el espejismo de melocotón estofado con albahaca, helado de yogurt y ralladura de naranja.

En Lobito de Mar, si no pides arroz, te estás perdiendo lo mejor. El de pollo Coquelet, es un clásico y el de bogavante, no puedes saltártelo. No hace falta complicarse. Un buen fondo, el punto justo y marisco de verdad. Así se hacen las cosas en verano. Y así se disfruta.

Sopas frías con personalidad

En Tragabuches, el gazpacho no es rojo. Es rosa. El de cereza se lleva la palma. Fresquito, ácido, dulce y con un toque de aceite rico. También puedes probar el salmorejo, que no falla, y en verano, el cuerpo pide cosas así. Sopas frías, ligeras y con sabor es decir, recetas veraniegas de manual, con fruta, verdura y frescura.

Final dulce pero ligero

Después de tanto plato rico, algo fresquito. En Tragabuches, siempre tienen postres para bajar las revoluciones sin caer en coma. La tarta de queso es un clásico.

En BiBo y su sol de Marbella con sabor a naranja, azahar, puré de almendra Marcona y crema de naranja que te transportará a los jardines andaluces o Lobito de Mar, con su icónico Happy Hippo, fresco, dulce y cremoso. Lo justo para terminar con una sonrisa. Y en Leña y su Tarta di Rose acompañada de helado para compensar el calor de las brasas.

Porque sí, hasta los postres tienen su versión para el calor. Más suaves, más frescos y, sobre todo, menos pesados.