Este verano, las brasas de Leña Marbella se abren a una corriente de aire nuevo, un mestizaje entre Dubái, Japón, Brasil y Perú. Del 3 al 5 de julio, el restaurante de Dani García y SUSHISAMBA Dubái, incorporarán algunos de los platos más icónicos de sus restaurantes. Como clímax de esta conexión, el miércoles 3 de julio habrá un menú a cuatro manos firmado por Dani García y el chef residente de SUSHISAMBA Chef Lee, en una jornada irrepetible para los amantes de la alta cocina internacional.

Este a cuatro manos incluye una propuesta degustación compuesta por más de una docena de pases en los que se une la técnica de Leña y el universo de sabores de SUSHISAMBA. Desde aperitivos como el chawanmushi con erizo, el monaka de cangrejo Kegani o la quisquilla con mantequilla noisette y yuzu, hasta platos principales como el tiradito de hamachi, el anticucho de pulpo, el yakitori de albóndiga con yema de huevo, la lubina chilena, la langosta con yuzu kosho o la emblemática hamburguesa de Leña, el recorrido propone una fusión entre el producto de altísima calidad y el mestizaje de técnicas japonesas, latinas y mediterráneas. De postre, habrá una tarta de queso quemada por parte de SUSHISAMBA y la clásica tarta di rose de Leña como cierre perfecto. Las reservas para ya están abiertas y su precio con maridaje es de 250 € por persona.

Un poco de Asia en España

Durante los tres días, la colaboración se mantendrá viva a través de una selección de platos de SUSHISAMBA disponibles en carta, entre los que se incluyen elaboraciones como el tiradito de hamachi con ponzu de trufa y caviar, los tacos de tartar de bogavante con yuzu y aguacate, el yakitori de lubina chilena, el tartar de salmón sobre nori crujiente y caviar, o la tarta vasca de queso con maíz cancha y vainilla.

Esta colaboración coincide con un nuevo capítulo en la historia del restaurante. Leña Marbella continúa su crecimiento y amplía su espacio ocupando el antiguo local de BiBo Marbella. El nuevo salón suma 141 nuevas plazas, elevando la capacidad total del restaurante a 279 comensales. Incluye una espectacular barra central, diseñada como el nuevo corazón del local, ideal para disfrutar de una experiencia vibrante alrededor del fuego. El proyecto, firmado por el estudio Astet, mantiene el universo visual de Leña, con una atmósfera cálida, materiales nobles y una conexión directa con la esencia del fuego.

SUSHISAMBA, por su parte, con locales icónicos en Londres, Las Vegas y Dubái, es una de las marcas más reconocidas a nivel global en cocina de fusión y lujo contemporáneo. Su llegada a Marbella es también una declaración de intenciones sobre el lugar que la ciudad ocupa en el mapa gastronómico internacional.

Esta colaboración refuerza la proyección internacional de Leña, que con presencia ya en Marbella, Madrid, Dubái y Barcelona, continúa estableciendo puentes con referentes gastronómicos de todo el mundo. 

San Juan no es solo fuego y deseos lanzados al cielo. Pero seamos honestos, pedir deseos está bien, pero comer tu plato favorito, mejor. Hay quien escribe lo que quiere soltar en un papel y lo quema. En Grupo Dani García preferimos quemar lo que haga falta en la brasa. Lo importante es reunirse con los tuyos, reírse un poco y que la mesa esté llena. De platos, no de problemas.

Entre brasas, mariscos, cocas y arroces, San Juan tiene más menú que ritual. Si estás en Marbella o Madrid, cualquiera de estos restaurantes sirve como punto de encuentro. Si estás en Barcelona, cuidado: en Leña Barcelona la tradición es seria. Prueba la coca de llardons y se brinda con cava como manda la noche.

Fuego, salitre y una Coca bien puesta

La noche de San Juan es la excusa perfecta para encender una hoguera o una parrilla. En Leña, por ejemplo, el fuego está controlado pero el ambiente no tanto. El steak no necesita ritual. Solo hambre. Las costillas tienen más poder que cualquier conjuro.

Pero si lo tuyo es el mar, no hace falta ir a la playa a saltar olas. En Lobito de Mar, tanto en Marbella como en Madrid, el sabor a verano se sirve por raciones. Con un ceviche que despierta hasta el deseo más enterrado y un arroz que hace olvidar que no hay hoguera.

Y si en tu caso celebras en Barcelona, la coca de llardons con su crujiente perfecto se sirve con una copa de cava que entra sola. Y aunque no se pida un deseo en voz alta, uno siempre acaba pensando: “ojalá esto no se acabe nunca”.

Deseos que se mastican

Lo de pedir tres deseos mirando al fuego es muy bonito, pero en Tragabuches la cosa es más de pedir fuera de carta. Aquí los deseos se mastican. Se mojan con pan. Se sirven en cazuela.

La cocina tradicional tiene algo de magia, sobre todo si lleva fondo, horas y cariño. En San Juan, se vale pedir un guiso, un arroz o una ensaladilla y sentir que, por fin, estás donde tenías que estar. Sin fuegos artificiales. Solo con buena comida, y mejor vino.

En BiBo, en cambio, San Juan suena a música, se bebe frío y se come sin pensar demasiado. Brioche, guacamole al momento, algo japonés, algo andaluz. Aquí no se sigue una norma. Se improvisa, se prueba, se comparte. Que también es una forma de desear cosas nuevas.

No hace falta hoguera si hay sobremesa

La gente se pone seria con San Juan. Que si bañarse en el mar a medianoche, que si no mirar atrás, que si los deseos en papel reciclado. Nosotros creemos que no hace falta tanto. Basta con una mesa con amigos cerca y una sobremesa que se alargue toda la noche.

Y si estás en duda de dónde reservar, recuerda: Leña, Lobito de Mar, Tragabuches y BiBo son más fiables que cualquier ritual. En cualquiera de ellos, el deseo básico se cumple: comer rico y pasarlo bien.

A veces, el fuego está en la cocina. La magia, en el primer bocado. Y los nuevos comienzos, en una buena copa de vino, o de cava, si estás en Barcelona.

Así que este 23 de junio no tires tus deseos al mar. Tíralos sobre la mesa. Y celebra San Juan como toca: sin prisas, sin protocolos, y con el estómago lleno.

Después de cinco años de éxito, Leña Marbella sigue creciendo y enciende la chispa del verano con la ampliación de su espacio. Esta evolución eleva la experiencia gastronómica y consolida la visión del chef Dani García: un steakhouse innovador que une técnica, producto y vanguardia. Leña Marbella crece sin perder su esencia, convirtiéndose en un concepto más amplio, más ambicioso y con más fuego que nunca.

Con la llegada de los días largos y las noches más bonitas del año, el restaurante da un paso más en su evolución. Situado en el emblemático hotel Puente Romano, continúa su crecimiento con una importante ampliación de su espacio. El nuevo área ocupa el antiguo local de BiBo Marbella, una de las marcas más queridas del grupo. Esta incorporación refuerza la esencia creativa de Dani García y la eleva en un entorno más ambicioso, envolvente y espectacular.

La ampliación añade una capacidad extra para 141 personas, elevando el aforo total del restaurante hasta los 279 comensales. Esta cifra incluye la zona lounge y el bar, dos espacios clave en la experiencia Leña. Además de más espacio, se incorporan novedades importantes, como una barra central imponente que se convierte en el corazón de la sala. Esta barra está pensada para ofrecer una experiencia única e inmersiva en Marbella.

Leña está que arde en Marbella

El diseño del nuevo espacio ha sido creado por el estudio Astet, responsable del interiorismo de todos los restaurantes Leña. Este estudio ha firmado los espacios de Marbella, Madrid, Barcelona y Dubái, manteniendo una identidad visual coherente e icónica. El nuevo diseño potencia ese lenguaje ya reconocible, haciendo de Leña un verdadero referente internacional. Inspirado en lo ancestral y lo primitivo, utiliza materiales como la madera y la piedra. También juega con una paleta cromática dominada por los negros y una iluminación tenue. Todo ello crea una atmósfera sensorial que conecta directamente con la esencia del fuego.

En cuanto a la propuesta gastronómica, Leña Marbella mantiene su equilibrio entre producto y técnica, con una cocina centrada en el arte de cocinar sobre brasas. En este universo, el fuego es el gran protagonista, realzando los sabores puros con el aroma del humo. La parrilla se transforma verduras, mariscos, pescados y cortes nobles de carne. Todo ello se convierte en una experiencia sensorial completa, en la que cada plato habla con intensidad.

Desde sus entradas vegetales como el puerro asado o el aguacate de Málaga a la brasa, la carta es un homenaje al sabor. El pesto de cilantro, el salpicón vegetal y el queso feta aportan frescura y contrastes. También brillan los yakipinchos, como el de meatball de pollo con ralladura de limón. Por supuesto, no puede faltar su icónica Burger, un clásico que marcó el inicio de todo. Entre los platos principales destacan la lubina a la parrilla o el Tomahawk de ternera. También el ribeye de vaca vieja y el lomo de wagyu A5, que es todo un espectáculo.

Impulsado por el fuego de unas brasas que nunca se apagan, Leña sigue creciendo sin perder su esencia. Esta ampliación consolida su presencia en Marbella y reafirma el éxito de un concepto único. Leña no solo es un restaurante, es una forma de entender la cocina, el fuego y la experiencia. Con sedes en Marbella, Madrid, Dubái y una reciente apertura en Barcelona, se ha consolidado como un referente internacional. Muy pronto, su inconfundible propuesta llegará también a Miami, Mallorca e Ibiza. Así continúa su expansión, llevando el alma de las brasas por todo el mundo.

Hay palabras que, juntas, son una garantía de felicidad mediterránea: Lobito de mar, Madrid, arroz. Y ahora, con el nuevo menú “A toda vela”, la promesa se cumple plato a plato. Una propuesta pensada para quienes disfrutan del mar en la mesa de lunes a viernes en horario de almuerzo, sin complicaciones pero con mucho sabor. En Lobito de Mar Madrid, A toda vela, sorprende con una selección de entrantes, principales y postre que combinan tradición, originalidad y mucho producto.

Un arranque por todo lo alto

Todo comienza con una ensaladilla rusa de anguila ahumada. Sí, ensaladilla. Pero no cualquiera. Cremosa, sabrosa, y con ese punto ahumado que lo cambia todo. No da tiempo ni a mirar a los lados: desaparece del plato antes de que alguien pueda pedir repetir. Le siguen unas croquetas mixtas, pequeñas bombas de sabor donde lo clásico y lo marino se dan la mano. Luego llegan las chirlas salteadas con vino manzanilla, ese tipo de plato que pide pan y silencio, con un olor que lo dice todo antes del primer bocado. Y para redondear la jugada, una baby burger de atún con canónigos. Pequeña, jugosa y con ese equilibrio que solo se consigue cuando alguien ha hecho muchas pruebas hasta dar con la combinación perfecta.

El momento decisivo

Aquí toca elegir. Y no es fácil. Hay cuatro principales que compiten por el protagonismo. Para los amantes del pescado, un lomo de lubina a la brasa que entra solo, con ese punto justo de cocción y la piel crujiente que suena al cortarla. Otra opción: carpaccio de chuletón de atún con huevos fritos al ajillo. Un plato sorprendente, con juego de texturas, aroma a ajo y ese punto rebelde que alegra cualquier día. Y por supuesto, lo que no puede faltar en una ecuación que incluya Lobito de mar, Madrid, arroz: el arroz seco de marisco y pescado. Con sabor intenso, grano suelto, y ese fondo que te hace cerrar los ojos al probarlo. Un cuarto principal que entra en escena: arroz al sarmiento de pollo coquelet. Con ese sabor ahumado que solo se consigue con brasas de verdad, y un pollo que se deshace, tierno y sabroso. La elección no es fácil, pero el resultado siempre es redondo.

Un final que sabe a gloria

Y como todo buen menú, el final está a la altura del resto. Una tarta de queso fresco que pone el broche perfecto sin empalagar. Ligera, cremosa y con ese punto lácteo que recuerda a la tarta de toda la vida, pero con el toque justo para querer volver solo por ella.

En Lobito de Mar Madrid, “A toda vela” es, en esencia, un menú pensado para disfrutar del mar en cada plato. Para quienes saben que las mejores comidas no necesitan mucha explicación, solo buenos productos, un entorno agradable y las manos de un equipo que entiende de cocina con alma. Si hay algo claro, es que con propuestas como esta, Lobito de mar, Madrid, arroz no es solo una frase bonita: es una invitación irresistible.

Como un homenaje a los sabores del sur, Croft Twist, el Fino Spritz Original de Andalucía, y BiBo by Dani García presentan el tándem perfecto para elevar los aperitivos del verano: el brioche de tartar de atún de Barbate con ají rojo y hierbabuena. El bocado más refrescante de la temporada, encuentra su mejor aliado en una copa de Croft Twist.

La sofisticación con aire desenfadado de BiBo se une a la elegancia y frescura de la marca jerezana. Dará forma a una propuesta gastronómica de edición especial, que se incorpora a la carta de BiBo Tarifa, el beach club del chef a los pies de la playa de Valdevaqueros. Esta creación, que podrá disfrutarse durante el verano, se completa con otro icono: el emblemático brioche de rabo de toro con salsa Bull original. Uno de los sellos más reconocibles de BiBo Madrid.

Croft Twist fusiona la tradición del vino de Jerez con un toque contemporáneo. Elaborado por González Byass, este Fino Spiritz Original refrescante y elegante invita a disfrutar de los pequeños placeres gastronómicos. 

“Para Croft Twist, colaborar con BiBo by Dani García representa la unión natural entre dos marcas que comparten la misma esencia: la pasión por lo auténtico y la voluntad de ofrecer experiencias únicas. Esta unión nos permite conectar con quienes buscan disfrutar del verano con frescura y con un toque diferente. De la mano de una de las marcas más reconocidas del panorama gastronómicocomenta Marcos de la Torre, Global Chief Marketing Officer de González Byass.

Croft Twist y BiBo by Dani García se dan la mano para ofrecer durante este verano una experiencia gastronómica única y con alma del sur. Donde cada bocado y cada sorbo son una celebración del placer de compartir.

El pasado 2 de junio, el chef marbellí Dani García fue uno de los grandes protagonistas de la primera edición de “Culinary Icons”, un evento gastronómico único celebrado en Puente Romano Marbella, que reunió en un mismo escenario a tres referentes mundiales de la alta cocina: Nobu Matsuhisa (Nobu), Izu Ani (GAIA) y el propio Dani García (Leña). 

En esta ocasión tan especial, Dani García ejerció de anfitrión de su tierra en un enclave tan especial como es Puente Romano, donde lidera Leña, uno de sus conceptos gastronómicos más exitosos a nivel internacional. En este almuerzo irrepetible, el chef andaluz ofreció su visión personal y contemporánea del atún, producto estrella de la jornada, con una exquisita parpatana de atún sobre puré de apionabo. Una creación que combinó el producto local con la técnica y la sensibilidad del chef y que pudieron degustar los más de 200 comensales que llenaron la recientemente renovada La Plaza del resort. 

Durante el evento, cada chef presentó en directo una propuesta culinaria exclusiva con el atún como hilo conductor. Al mismo tiempo, sus equipos replicaron estas elaboraciones en sus respectivos restaurantes dentro del complejo, dando lugar a una experiencia inmersiva y multisensorial, conectando con el universo gastronómico de cada chef desde el plato hasta la puesta en escena.

Volver a Puente Romano, el lugar donde comenzó todo para mí, siempre es especial. Pero hacerlo por una causa tan noble y acompañado de referentes como Nobu e Izu, ha sido simplemente inolvidable. Culinary Icons no solo ha sido una celebración de la alta cocina, sino también una oportunidad para devolver a través de lo que mejor sabemos hacer: emocionar desde el plato. Estoy profundamente agradecido por formar parte de una iniciativa que une sabor, talento y solidaridad”, declaró Dani García. 

El evento tuvo además un propósito solidario, ya que la recaudación íntegra, ha sido destinada a la Cruz Roja Española, en apoyo a su destacada labor humanitaria.

Con esta primera edición, “Culinary Icons” se consolida como una cita imprescindible en el panorama gastronómico de la Costa del Sol, y refuerza el papel de Dani García como embajador de la cocina andaluza contemporánea. Una propuesta que no solo celebra la alta cocina, sino que también pone en valor el compromiso del chef con la innovación, la excelencia y la dimensión social de la gastronomía.

En Leña Barcelona, las brasas no son lo único que arde. A partir de las nueve y hasta la una de la madrugada, los viernes se transforman en un ritual incendiario donde el fuego se mezcla con ritmos que queman la pista. Barcelona tiene mil planes, pero solo uno lleva el nombre de Leña y la temperatura exacta para convertir tu viernes en el momento más salvaje del fin de semana. Leña Barcelona presenta su nuevo ciclo: Barcelona by Night. Cada viernes, DJ Akihiller Kiyani enciende la cabina, pero no lo hace solo. Se rodea de fieras. El 23, Alice Deren. El 30, Hermansen. El 6 de junio, Isma. El 13, Dark Feel. El 20, Assil. El 27, Dark Feel de nuevo. Y en julio, el 4 vuelve Hermansen y el 11 aterriza Martista. Si no sabes quiénes son, no importa. Solo ven y quédate a vivirlo.

Una cabina en llamas

El DJ residente es Akihiller Kiyani. No es un nombre. Es una advertencia. Cuando entra en escena, lo hace sin pedir permiso. Su música atraviesa el comedor de Leña Barcelona, trepa por las paredes, y se cuela hasta los huesos. Leña se conviernte un templo donde el humo huele a carne pero también a neón y a fines de semana con resaca de estilo. Los invitados no vienen a cubrir expediente. Alice Deren es potencia fina. Hermansen, un kamikaze de los bajos. Isma, el groove de la vieja escuela bien vestido. Dark Feel pone la oscuridad que algunos necesitan para desinhibirse sin dar explicaciones. Assil viene con ritmos que no entienden de etiquetas. Martista te hace cerrar los ojos y olvidarte del móvil. Y mientras tanto, el DJ residente mantiene todo en su punto de ebullición.

El sonido en Leña Barcelona está diseñado para que no haga falta hablar. La música se siente y las brasas acompañan. Y sí, también hay copas, las que quieras, como quieras. Pero lo importante es el ritmo. No hay carta que valga si no te levantas de la silla. Aquí vienes a cenar, sí, pero luego te conviertes en algo más. Uno de esos cuerpos que no tienen prisa por irse.

Quemar sin pedir perdón

El plan está claro: viernes, 21:00. Empieza el juego. Te sientas, pides tu burger y miras alrededor. El ambiente es brutal. Hay moda, hay actitud. Esto es una pista encubierta en medio de un restaurante de alta tensión. Y eso lo cambia todo. Porque mientras tú decides entre un cóctel o un trago largo, el beat sube sin que te des cuenta. Y cuando lo notas, ya es tarde. Estás dentro. Ya no puedes no moverte.

Aquí se viene a romper la semana. A quemar el cansancio en una sesión donde no hay etiquetas. Solo música, luces bajas, fuego en las brasas y gente que no quiere que le apaguen la noche. Si pensabas que Leña era solo un restaurante de carnes al fuego, ven un viernes. Vas a tener que repensarlo todo. En Barcelona, hay sitios para cenar. Sitios para bailar. Y luego está Leña.

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El 28 de mayo no es un día cualquiera. Es el Día Internacional de la Burger, una fecha que rinde homenaje a uno de los bocados más icónicos y queridos del mundo. Pero si hablamos de burgers que realmente dejan huella, hay una que brilla con luz propia: la burger que le dio sentido a todo de Leña. Esta creación se ha convertido en un referente en Leña Marbella, Leña Madrid y Leña Barcelona, y es mucho más que carne entre panes. Es una experiencia que despierta todos los sentidos y redefine lo que significa disfrutar de una auténtica burger.

Una Obsesión por la Perfección

Desde sus inicios, Leña ha tenido una misión clara: hacer de la burger el plato más característico de Leña. No se trata solo de usar los mejores ingredientes, sino de llevar cada detalle a un nuevo nivel. Todo empieza con la carne, seleccionada cuidadosamente para lograr ese equilibrio perfecto entre jugosidad y sabor. Luego, se combina con un pan que es mucho más que un simple soporte: es el lienzo que enmarca cada bocado, suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera, acompañado de queso Havarty y la guinda el pastel, la icónica salsa Bull de Dani Garcia. Pero lo que realmente marca la diferencia es el fuego. Ese toque de parrilla que le da a cada burger de Leña ese sabor ahumado y profundo que solo se consigue cuando la llama se convierte en un ingrediente más.

Más que una Burger, una Experiencia

La burger bull de Leña no es solo una burger, es una declaración de principios. Es el resultado de años de pasión y dedicación, de chefs que viven y respiran el arte de la parrilla. Cada vez que se sirve en Leña Marbella, Leña Madrid o Leña Barcelona, se cuenta una historia de fuego, de tradición y de innovación. Es una experiencia que comienza con el primer aroma que sale de la cocina, que te envuelve cuando el plato llega a la mesa y que culmina con ese primer bocado que te hace cerrar los ojos y suspirar. Porque comer en Leña es eso: una experiencia que se vive con todos los sentidos.

Así que este 28 de mayo, celebra el Día Internacional de la Burger como se merece. Déjate llevar por el sabor inconfundible de la Bull, una burger que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Porque si hay algo que sabemos en Leña, es que las mejores historias se escriben al calor del fuego.

El carpaccio de chuletón de atún es una declaración de intenciones. En Lobito de Mar Marbella y Madrid, se convierte en una experiencia imprescindible. Lo que lo hace único es su origen: una pieza del lomo blanco del atún, concretamente entre las costillas 2, 3, 4 y 5. En esa zona se encuentran tres cortes tan nobles como precisos: el descargamento, el tarantelo y la ventresca. Juntos crean un equilibrio perfecto entre grasa, textura y sabor. Una armonía que rinde homenaje al animal más venerado del Atlántico. La técnica ancestral de la almadraba permite capturar estos ejemplares en su mejor momento. La pesca se realiza con respeto al mar y a su ciclo natural. Solo así se logra un producto fresco, de temporada y de calidad excepcional. Este carpaccio de atún no se improvisa: se elige, se afina y se respeta. Su sabor conecta el mar con la tierra, la tradición con la innovación, el presente con la memoria.

Técnica, precisión y respeto

El chuletón de atún que llega a la mesa en Lobito de Mar no es fruto del azar. Procede de piezas seleccionadas con extrema meticulosidad. Cada atún es capturado mediante la almadraba, un sistema sostenible y controlado que sigue vigente en las costas de Cádiz. Gracias a la labor de Gadira, el producto mantiene intactas sus propiedades y su pureza. De cada pieza se escoge lo mejor: el descargamento aporta firmeza, el tarantelo jugosidad y la ventresca una grasa noble, suave y untuosa. Esa combinación convierte este carpaccio en un bocado elegante y sabroso. En manos del equipo de Dani García, el atún alcanza una nueva dimensión. El corte se hace con precisión milimétrica, lámina a lámina, con técnica y respeto. El resultado es un plato ligero, limpio y con carácter. Una propuesta en la que el protagonismo lo tiene el producto, sin más adornos. Porque cuando se trabaja con atún de verdad, todo lo demás sobra. Cada detalle está pensado para destacar la esencia marina de este bocado.

Una joya marina en dos ciudades

Este carpaccio de atún se sirve tanto en Marbella como en Madrid. En Lobito de Mar, el entorno amplifica la experiencia: elegante, fresco y con alma marinera. No se trata solo de comer, sino de vivir el Mediterráneo desde el plato. Detrás de cada lámina hay una historia que empieza en el mar del sur. Pasa por las manos expertas de Gadira y termina en la cocina de Dani García. Una historia de respeto, calidad y compromiso con el sabor auténtico. En Madrid, este carpaccio de atún acerca el mar a la ciudad con toda su intensidad. En Marbella, se disfruta con el rumor de las olas de fondo. Ambas ciudades, ofrecen una experiencia de lo más marina: emoción, técnica y sabor verdadero. Este plato representa la conexión entre la tradición de la almadraba y la visión contemporánea de Dani García.

El pasado 13 de mayo, en el restaurante Dani Brasserie del Hotel Four Seasons Madrid, tuvo lugar un evento muy especial: el ronqueo de un atún rojo de almadraba. Para quienes no lo conocen, el ronqueo es la técnica tradicional para cortar y despiece el atún de forma profesional, sacando todas las piezas aprovechables con cuidado y respeto. Esta demostración acerca a la gente al producto, mostrando la importancia del origen, la calidad y la técnica detrás de un buen plato de atún.

El atún rojo de almadraba es uno de los productos más valorados en la cocina española y mediterránea. La almadraba es la técnica tradicional que se usa en las costas del sur de España para pescar atún de forma sostenible. Por eso, la llegada de un atún de almadraba a un restaurante como Dani Brasserie es todo un acontecimiento.

El proceso del ronqueo paso a paso

El día del evento, el restaurante se preparó para recibir un atún de gran tamaño. Dani Garcia junto al equipo de Gadira, enseñaron a los asistentes cada paso del ronqueo, desde la colocación del atún hasta los cortes más delicados. El ronqueo no es solo cortar, sino conocer la anatomía del atún para sacar cada pieza de la mejor manera posible.

Durante la demostración, los asistentes vieron cómo el cuchillo se movía con precisión para hacer cortes limpios y perfectos, sin desperdiciar nada. Aprendieron que en un buen ronqueo nada se pierde: las piezas menos conocidas se aprovechan para guisos, conservas o caldos, manteniendo el respeto por el producto y la sostenibilidad.

La importancia del ronqueo en la gastronomía

El ronqueo es mucho más que una técnica de corte; es un arte que forma parte de la cultura gastronómica española. Saber despiece un atún correctamente permite aprovechar todas sus partes y respetar la calidad del producto.

Este evento en Dani Brasserie puso en valor cómo el conocimiento y la tradición se unen para crear platos excelentes. Además, la técnica del ronqueo es fundamental para preservar el sabor y la textura del atún, aspectos esenciales para los chefs y los comensales.

Por otro lado, eventos como este acercan a la gente a la gastronomía real, a entender lo que hay detrás de cada plato y a valorar el trabajo que hay detrás. La sostenibilidad y el respeto por el producto son cada vez más importantes, y el ronqueo es un claro ejemplo de ello.